Qué son los stakeholders y por qué son importantes

Qué son los stakeholders y por qué son importantes para la empresa

Si tienes una empresa o startup, saber qué son los stakeholders es clave si quieres destacar en el mercado.  Los stakeholders son personas que, de una manera u otra, están ligados a tu marca. Esto incluye desde tu equipo y tus clientes hasta tus proveedores y la comunidad que te rodea.

Manejar bien estas relaciones es vital. Si logras sintonizar con lo que esperan y necesitan estas personas o grupos, tu empresa no solo tendrá un mejor posicionamiento, sino que también podrá crecer y ser más sostenible en el tiempo. Ignorarlos, por otro lado, puede generar problemas, desconfianza y, finalmente, a un impacto negativo en tus resultados.

En este artículo, vamos a profundizar en quiénes son estos stakeholders, por qué son tan importantes y cómo podemos gestionarlos de manera efectiva, todo con el objetivo de brindarte herramientas útiles para que esta estrategia se convierta en el alma de tu negocio.

¿Qué son los Stakeholders?

El concepto de «stakeholder», acuñado por el filósofo y profesor de administración empresarial estadounidense Robert Edward Freeman en su obra Strategic Management: A Stakeholder Approach de 1984, introdujo una visión revolucionaria en el ámbito de la gestión empresarial. 

Freeman definía a los stakeholders o grupos de interés como «cualquier individuo u organización que, de alguna manera, es impactado por las acciones de determinada empresa». Esta perspectiva fue ampliada por investigadores de la Universidad de Wharton, quienes en su teoría sobre la gestión empresarial basada en los stakeholders, señalaron a estos como aquellos grupos o individuos que pueden influir o verse afectados por la consecución de los objetivos de una organización.

Desde estas definiciones, se destaca que los stakeholders representan un espectro amplio de actores que mantienen algún tipo de relación con la empresa, ya sea porque sus decisiones estratégicas les afectan directa o indirectamente, o porque pueden influir en el logro de sus objetivos. 

El término «stakeholder» se compone de «stake», referente a una apuesta o interés, y «holder», que significa poseedor. Esta etimología subraya la idea de que los stakeholders son aquellos que, de alguna manera, han invertido en la empresa y están, por ende, interesados en su desempeño.

Entre los ejemplos más comunes de stakeholders se encuentran empleados, accionistas, clientes, proveedores, gobiernos y comunidades. Todos ellos, con sus respectivos intereses e impactos, configuran el entorno en el que las empresas operan.

Esta comprensión ampliada enfatiza la interconexión entre la empresa y su ecosistema, destacando la importancia de una gestión que busque el equilibrio entre las diferentes partes interesadas. 

13 Tipos de Stakeholders

Una comprensión profunda de quiénes son estos stakeholders y cómo se clasifican proporciona una base sólida para desarrollar estrategias efectivas que beneficien tanto a la organización como a las partes interesadas. 

  1. Clientes: Fundamental para cualquier negocio, son el núcleo alrededor del cual giran las operaciones y estrategias. Su satisfacción y lealtad impulsan el crecimiento y la sostenibilidad.
  2. Empleados: Desde el nivel ejecutivo hasta el operativo, los empleados son el motor de la empresa. Su bienestar, desarrollo y compromiso son esenciales para la innovación y la productividad.
  3. Propietarios y accionistas: Incluyen a quienes tienen una participación financiera en la empresa. Buscan maximizar su inversión a través del éxito y la expansión de la organización.
  4. Proveedores: Socios críticos en la cadena de suministro, proporcionan los bienes y servicios necesarios para que la empresa opere eficientemente. Una relación sólida y confiable es clave para asegurar la calidad y la continuidad.
  5. Distribuidores y socios comerciales: Encargados de llevar los productos y servicios al mercado. Su eficacia afecta directamente la disponibilidad y la percepción del cliente sobre la empresa.
  6. Gobiernos y reguladores: Establecen el marco legal y regulatorio dentro del cual la empresa debe operar. Sus políticas y regulaciones pueden influir significativamente en las prácticas empresariales.
  7. Comunidades locales: Las empresas pueden impactar a las comunidades locales económicamente, ambientalmente y socialmente. A su vez, el apoyo de la comunidad es vital para operaciones sostenibles.
  8. Instituciones financieras e inversores: Proporcionan el capital necesario para el crecimiento y las operaciones diarias. Están interesados en la salud financiera y el retorno de la inversión.
  9. Medios de comunicación: Juegan un papel crucial en la construcción de la imagen y la reputación de la empresa. Una cobertura positiva puede mejorar la percepción pública, mientras que la negativa puede dañarla considerablemente.
  10. Grupos de interés especiales y ONGs: Estos pueden incluir organizaciones ambientales, de derechos humanos o de consumidores, que vigilan las operaciones empresariales en relación con sus áreas de interés.
  11. Competidores: Si bien pueden parecer adversarios, los competidores forman parte del ecosistema empresarial, impulsando la innovación y el mejoramiento continuo a través de la competencia.
  12. Sindicatos y asociaciones profesionales: Representan los intereses laborales y profesionales de los empleados, influenciando las condiciones de trabajo y las políticas de empleo.
  13. Entidades de investigación y educación: Incluyen universidades y centros de investigación que pueden colaborar con la empresa en el desarrollo de nuevas tecnologías o prácticas empresariales.

Beneficios de una gestión efectiva de Stakeholders

Los stakeholders, con su diversidad de perspectivas y recursos, son fundamentales para moldear tanto la estructura operativa como la imagen pública de cualquier organización. 

Su importancia se manifiesta en múltiples dimensiones del negocio, cada una contribuyendo al éxito y la estabilidad a largo plazo.

Innovación y desarrollo

Estas personas pueden ser una fuente inagotable de ideas innovadoras y feedback constructivo. Los clientes, por ejemplo, ofrecen perspectivas valiosas sobre los productos y servicios, impulsando mejoras y adaptaciones que pueden diferenciar a la empresa en el mercado. 

Del mismo modo, la colaboración con instituciones académicas y de investigación puede facilitar el desarrollo de nuevas tecnologías o procesos que potencien la eficiencia y la competitividad.

Acceso a recursos y mercados

Una gestión eficaz de las relaciones con los stakeholders asegura un flujo constante de recursos esenciales. Los inversores y entidades financieras proporcionan el capital necesario para la expansión y la innovación, mientras que los proveedores garantizan los insumos de calidad necesarios para la producción. 

Además, entender y atender las necesidades de diferentes grupos de stakeholders abre puertas a nuevos mercados y segmentos de clientes, ampliando así el alcance de la empresa.

Reputación y legitimidad

La percepción pública de una empresa es vital para su éxito. Gestionar proactivamente las relaciones con stakeholders, especialmente en lo que respecta a responsabilidad social corporativa y sostenibilidad, mejora significativamente su reputación. 

Empresas que son vistas como responsables y comprometidas con el bienestar de sus comunidades y el medio ambiente no solo atraen a clientes más leales, sino que también se convierten en empleadores más atractivos. Este compromiso genuino fortalece la legitimidad de la empresa ante los ojos de reguladores, medios de comunicación y la sociedad en general.

Mitigación de riesgos

La interacción constante y abierta con los stakeholders permite a las empresas identificar y abordar proactivamente potenciales fuentes de conflicto o descontento. La anticipación y resolución de estos asuntos minimiza el riesgo de enfrentamientos legales, huelgas, boicots o campañas negativas, los cuales pueden afectar gravemente la operación y la imagen de la empresa.

Adaptabilidad y sostenibilidad

En un entorno empresarial caracterizado por la incertidumbre y el cambio constante, mantener una relación sólida con los stakeholders proporciona a las empresas una mayor capacidad para adaptarse a nuevas tendencias y desafíos. 

La retroalimentación continua y el apoyo de estos grupos interesados facilitan la identificación temprana de oportunidades y amenazas, permitiendo una planificación estratégica más efectiva. A largo plazo, esta adaptabilidad es un componente clave de la sostenibilidad empresarial, asegurando que la organización no solo sobreviva sino que prospere.

La gestión de Stakeholders

Gestionar de forma adecuada a los stakeholders es esencial en la estrategia corporativa de cualquier empresa, garantizando que sus interacciones con estos grupos de interés se manejen de manera eficaz para el beneficio mutuo. 

Este proceso se compone de tres fases cruciales: identificación, análisis y estrategias de compromiso. Cada etapa requiere un enfoque metódico y considerado para maximizar las relaciones positivas y minimizar los riesgos potenciales.

Identificación de Stakeholders

Esto puede variar significativamente dependiendo del sector, tamaño y ubicación geográfica de la empresa, así como de sus objetivos estratégicos. La identificación comienza con la elaboración de una lista exhaustiva de individuos, grupos o entidades que podrían influir o ser influenciados por las actividades de la empresa. 

Esto incluye, pero no se limita a:

  • Stakeholders internos: Aquellas personas cuya conexión con la organización es directa, ya sea a través del empleo, inversión, o propiedad. Este grupo incluye a empleados en todos los niveles, desde la alta dirección hasta el personal operativo, así como a los propietarios y accionistas de la empresa.
  • Stakeholders externos: Individuos o entidades que, aunque no forman parte del funcionamiento interno de la empresa, son afectados por sus acciones y resultados. Los proveedores y distribuidores son ejemplos claves de este grupo, al igual que las comunidades locales y la sociedad en general.
  • Stakeholders primarios o clave: Estos son los stakeholders más críticos para la organización, dado su alto interés en los resultados de la empresa y su participación activa en los proyectos. Los clientes, que dictan la demanda de productos y servicios, y los gerentes o directivos, quienes toman decisiones estratégicas, se incluyen en esta categoría.
  • Stakeholders secundarios: Tienen una implicación más limitada comparada con los stakeholders primarios. Su relación con la empresa suele estar relacionada con aspectos administrativos, financieros o legales, como por ejemplo, instituciones financieras, asesorías legales y organismos reguladores.
  • Stakeholders directos: Participan de manera activa en las operaciones diarias de la empresa. Los empleados son el ejemplo más representativo de este grupo, ya que su trabajo diario está dedicado a llevar a cabo los proyectos y tareas internas de la organización.
  • Stakeholders indirectos: Aunque no participan directamente en los procesos internos de la empresa, su interés radica en el resultado final de las actividades de la compañía. Esto puede incluir a los clientes que se preocupan por aspectos como los precios, la calidad y el embalaje de los productos.

Una técnica útil en esta etapa es el mapeo de stakeholders, que ayuda a visualizar las relaciones entre la empresa y sus diversos grupos de interés, facilitando la identificación de todos los actores relevantes.

Análisis de Stakeholders

Una vez identificados los stakeholders, el siguiente paso es analizar sus expectativas, intereses y el poder de influencia que poseen. Esto es crucial para entender cómo gestionar y priorizar las relaciones con cada grupo. El análisis de stakeholders puede realizarse mediante:

  • Matriz de Poder/Interés: Permite clasificar a los stakeholders según su nivel de interés en las actividades de la empresa y su poder para influir en ella. Esto ayuda a determinar a quién dedicar más recursos y atención.
  • Análisis de Influencia/Impacto: Examina cómo las acciones de la empresa afectan a cada stakeholder y viceversa. Este enfoque es útil para identificar riesgos y oportunidades en las relaciones con los stakeholders.
  • Encuestas y Entrevistas: Directas con los stakeholders para entender sus expectativas, preocupaciones y percepciones sobre la empresa.

Estrategias de compromiso

Estas estrategias deben ser personalizadas para cada grupo, basadas en los resultados del análisis previo. Algunas tácticas incluyen:

  • Comunicación abierta y transparente: Mantener canales de comunicación claros y abiertos con todos los stakeholders, proporcionando información relevante de manera regular.
  • Participación activa: Involucrar a los stakeholders en el proceso de toma de decisiones cuando sea posible, especialmente en proyectos o cambios que puedan afectarles directamente.
  • Gestión de expectativas: Entender y gestionar las expectativas de los stakeholders mediante negociaciones, acuerdos de servicio o estableciendo objetivos comunes.
  • Programas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC): Desarrollar iniciativas que aborden preocupaciones específicas de los stakeholders, como proyectos ambientales o de desarrollo comunitario.
  • Evaluación y feedback: Implementar mecanismos para recoger y analizar el feedback de los stakeholders, permitiendo ajustes en las estrategias de compromiso.

Al adoptar un enfoque estratégico y diferenciado hacia la gestión de stakeholders, las empresas pueden construir relaciones sólidas y duraderas que apoyen sus objetivos a largo plazo y fomenten un entorno de mutuo beneficio. 

La clave está en reconocer la importancia de cada stakeholder y dedicar el esfuerzo necesario para entender y atender sus necesidades e intereses.

Casos de éxito

Aquí tienes tres ejemplos destacados de empresas que han logrado resultados significativos al poner en práctica una gestión excepcional de sus stakeholders.

1. Patagonia

Como marca líder en ropa y equipo para actividades al aire libre, Patagonia enfrentó el desafío de equilibrar crecimiento y rentabilidad con su compromiso con la sostenibilidad ambiental.

Gestión de Stakeholders: Adoptó un enfoque proactivo al involucrar a clientes, empleados y proveedores en su misión de «causar el mínimo daño posible y utilizar el negocio para inspirar e implementar soluciones a la crisis ambiental». Implementó prácticas de producción sostenible, fomentó la reparación y el reciclaje de productos y lideró iniciativas de conservación.

Resultado: La transparencia y autenticidad de Patagonia en sus esfuerzos por la sostenibilidad han fortalecido su relación con los clientes, quienes valoran la oportunidad de contribuir a la protección del medio ambiente a través de sus compras. Esto ha llevado a un aumento en la lealtad del cliente y ha posicionado a Patagonia como un líder en responsabilidad corporativa.

2. Google

En el altamente competitivo sector tecnológico, Google necesitaba atraer y retener al mejor talento para impulsar su innovación y crecimiento.

Gestión de Stakeholders: Google puso a sus empleados en el centro de su estrategia de stakeholders, ofreciendo un entorno de trabajo excepcional caracterizado por la creatividad, la libertad y los beneficios. Desde espacios de trabajo abiertos e inspiradores hasta programas de bienestar y desarrollo profesional, Google invirtió significativamente en asegurar la satisfacción y motivación de su equipo.

Resultado: La inversión de Google en sus empleados no solo ha resultado en una baja tasa de rotación de personal, sino que también ha fomentado un ambiente de innovación constante, permitiendo a la empresa liderar en el desarrollo de nuevos productos y servicios. Además, su reputación como un gran lugar para trabajar atrae a talentos de todo el mundo.

3. Unilever

Unilever, una de las mayores empresas de bienes de consumo del mundo, buscaba mejorar su sostenibilidad ambiental y su impacto social en una industria a menudo criticada por prácticas poco sostenibles.

Gestión de Stakeholders: La empresa lanzó el Plan de Vida Sostenible de Unilever, con el objetivo de desvincular su crecimiento del impacto ambiental y aumentar su impacto social positivo. Esto implicó trabajar estrechamente con proveedores para asegurar prácticas sostenibles, así como comprometerse con consumidores mediante la comercialización de prácticas de consumo responsable.

Resultado: La estrategia de Unilever no solo ha mejorado su huella ambiental y su impacto social, sino que también ha impulsado el crecimiento económico. Al 2020, sus marcas sostenibles crecían más rápido que el resto del negocio, demostrando que la sostenibilidad y la rentabilidad pueden ir de la mano.

Estos casos de éxito ilustran cómo una gestión efectiva de stakeholders puede conducir a resultados empresariales positivos, mejorar la reputación corporativa y contribuir a la sostenibilidad a largo plazo. 

Hemos dado un buen paseo por el mundo de la gestión de stakeholders, y si algo hemos aprendido es que entender y conectar con quienes tienen algo en juego con nuestra empresa no es solo bueno, sino esencial. 

Ahora, déjame decirte por qué justo este momento es perfecto para poner manos a la obra con una estrategia de gestión de stakeholders en tu empresa. El mundo está cambiando rápido; la gente espera más transparencia, responsabilidad y que las empresas sean socialmente responsables. 

Implementar una estrategia de este tipo es reconocer que tu empresa y las personas están en el mismo equipo, buscando cómo crear un impacto positivo que vaya más allá de las ganancias. Es tomar la iniciativa para construir relaciones basadas en la confianza, la honestidad y el compromiso conjunto hacia metas que nos benefician a todos.

Así que, empezar es un paso hacia adelante en el camino de liderar con el ejemplo, adaptarse a los tiempos que corren y disfrutar de los frutos de cuidar esas relaciones clave que sostienen a tu empresa. 

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